lunes, 12 de mayo de 2014

¿POR QUÉ LOS LOBOS AULLAN?

El 20 de enero de 1977, el cartero de provincia Achilles Samaros fue sorprendido por seis hambrientos lobos cuando hacía su acostumbrado viaje entre dos pueblos en el monte Epiro, en Grecia. Se encontraba en peligro mortal, pero se le ocurrió una gran idea para evitar el ataque de los lobos: Utilizó su trompeta -la que todos los carteros griegos llevaban para avisar cuando entraban a un pueblo lejano- y tocó las notas de siempre "Ta-ra-ri (El cartero ha llegado)", que emularon un fuerte aullido con el eco de la montaña. La manada se detuvo un instante, para después alejarse sin atacar al cartero.



Está caso real confirma el viejo dicho alemán que reza: "Es bueno aullar con los lobos". Pero, ¿Por qué sucede que si se aúlla fuertemente cuando se encuentra una manada de lobos, la manada se retira? Cris Crisler y su esposa Lois, dos expertos zoólogos, han pasado algunos años en Alaska estudiando a los lobos salvajes. Y han descubierto una sorprendente verdad acerca de los aullidos del lobo, cuando aúllan durante la blanca Noche Polar.

Lois Crisler describe ese coro de aullidos como un espantoso pasatiempo musical: "Era cerca de media noche cuando fuimos despertados por los aullidos. Su canción es, quizás, la composición musical más hermosa de todo el mundo animal. Las dos voces principales de este coro se turnan para mantener el sonido primario, usando acordes graves y agudos, pero nunca desentonan. A veces un lobo producía un aullido fuerte y largo, y el resto de la manada aullaba de modo que seguían este primer aullido. Estos sonidos se parecían mucho a una trompeta de cazador; el aullido producía un sonido puro..."

Durante el invierno, cuando hay pocas presas, la manada, de alrededor de veinte o treinta lobos, emprende expediciones de caza dentro de su territorio, que es de alrededor de 960 kilómetros cuadrados. Cuando un lobo cazador percibe la presencia reciente de alguna presa, digamos, un alce, este lobo aúlla para alertar al resto de la manada, y ésta se una a la persecución. Del mismo modo, cuando un cachorro se pierde, o algún miembro está en peligro y necesita ayuda de la manada, el lobo aúlla para alertar a los demás. Cada lobo tiene un tono distinto, único. La manada tiene una forma especial de aullar, parecida a un canto de guerra, cuando cazan o ayudan al miembro en peligro.

El aullido es más que una manera práctica de hallar lobos. El zoólogo sueco-alemán Erik Zimen dice: "Cuando la manada está pasando por un período de enojo, depresión, o rabia entre los miembros de la manada, el líder o lobo alfa convoca a un coro de aullidos, para establecer el orden en la manada. Todos los miembros se unen al aullido principal y la calma regresa a la manada.

Los lobos tienen ciertos comportamientos sociales, pues cada lobo necesita identificarse ante los demás. Un lobo de baja estima social, siempre debe aproximarse al líder cuidadosamente, con su vientre a nivel del suelo y la cola baja. Un lobo de nivel medio puede mantener su cola de modo normal, y un lobo de alta jerarquía puede levantarla amistosamente. El aullido determina también el rango social de cada lobo, pero cuando toda la manada aúlla, el coro común genera un ambiente amistoso en general.

A veces los lobos aúllan porque desean oírse a sí mismos, es su expresión de alegría o tristeza. El mito humano acerca del aullido del lobo es falso. Los lobos siempre aúllan, no sólo en noches de luna llena...


jueves, 8 de mayo de 2014

Información general sobre el lobo

El nombre científico del lobo es Canis lupus. Su longitud desde la punta de la nariz a la punta de la cola es, para los machos, de metro y medio a dos metros, y para las hembras, de 1.40 a 1.80 metros; la cola mide de 30 a 50 centímetros de esa longitud. Su altura hasta los hombros va de 65 a 80 centímetros. El peso promedio para los machos es de 35 a 50 kilogramos, y para las hembras de 27 a 35 kilogramos, sobrepasando raramente los 40.

El lobo es el miembro más grande de la familia de los cánidos, antepasado del perro doméstico. Es musculoso, fornido; su pecho es angosto, como una quilla; sus extremidades son largas, y camina sobre sus dedos, adaptado a correr velozmente; sus largas patas lo auxilian en terreno difícil y nieve profunda. El color de su pelaje es predominantemente cremoso con tonos grises y negros, pero puede se hallado de color negro y blanco.

Un lobo puede correr a 8 kilómetros por hora durante mucho tiempo; durante una persecución puede alcanzar velocidades de entre 45 y 65 kilómetros por hora, y mantenerlas por hasta 20 minutos. Un lobo vive de 8 a 14 años.



Una manada de lobos vive como una unidad familiar, la mayoría de ellas con una pareja que se reproduce (macho y hembra alfa), sus cachorros, y otros adultos que tal vez también se reproduzcan. El tamaño de la manada varía según el nacimiento y muerte de los cachorros, la tasa de mortalidad de los adultos, y la separación voluntaria o no de los miembros de la manada, pero la mayoría permanece en ella durante varias generaciones. Usualmente una manada contiene menos de ocho lobos. El territorio que cada lobo ocupa es aproximadamente de 15 kilómetros cuadrados (o sea que 8 lobos ocuparan 8 veces esto). Los lobos definen su territorio con marcas de olor y su vocalización. Las guaridas comunes de los lobos son cuevas o cavidades entre rocas. Los cachorros nacen en abril o mayo (la gestación dura 63 días), ciegos, sordos, de color negro, pesando medio kilogramo, y logran escuchar en pocos días, ver a las dos semanas, y aullar al mes, aproximadamente. Cada camada es de tres a siete cachorros.

Los lobos son depredadores en la parte más alta de la cadena alimenticia. Sus presas son animales grandes como ciervos, alces y castores, y también mamíferos más pequeños. Matarán cualquier presa que sea fácil de atrapar: los débiles, enfermos, heridos, viejos e infantes. Pero también son oportunistas y matarán animales saludables y ocasionalmente ganado, y desenterrarán carroña. Un lobo come, aproximadamente, 15 ciervos al año, más algún otro alimento. Pueden llegar a comer hasta una quinta parte de su propio peso cada ocasión.

domingo, 4 de mayo de 2014

FOLKLORE MEDIEVAL Y LA LICANTROPÍA

En la época medieval europea, la licantropía era considerada como otra actividad de los brujos, atribuyéndoles entre otras cosas, el poder realizar metamorfosis en si mismos, transformándose en lobos que recorrían Europa aterrorizando a la gente. Se creía que asesinaban y devoraban a los viajeros, obedeciendo las ordenes de su satánico amo, con el fin de hacer el mal a la humanidad. Inclusive se creía que algunos licántropos eran en realidad demonios menores.

Unos pocos hombres lobo cuyos instintos sanguinarios fueron excepcionalmente intensos, llegaron a ser considerados el mismo diablo. Aun cuando el hombre lobo no fuera un brujo transformado, se le asociaba con la brujería, se contaba acerca de brujas montadas sobre hombres lobo durante sus reuniones maléficas. Para muchos expertos de los siglos XVI y XVII, un brujo podía convertirse en hombre lobo únicamente a través de un pacto con el diablo, se creía que comúnmente tales "brujos" solo contaban con el poder de transformase en lobos. Muchas de las leyendas actuales de los hombres lobo provienen de esta época de oscurantismo.




Durante la noche, las actividades de un hombre lobo son, desde luego cazar, matar, y comerse a sus víctimas. Algunos cuentos de hombres lobo describen que sus intenciones son las de matar y comerse a los rebaños de corderos o animales similares; sin embargo, la licantropía esta estrechamente relacionada con el canibalismo (véase por ejemplo, la historia original de caperucita roja, para entender la relación canibalismo - hombrelobo).

Aunque estas bestias humanas no poseían gustos especiales, se creía que preferían la carne tierna de los niños. La licantropía era también asociada a sucesos o actividades en la que el hombre era víctima de las circunstancias, o de terceros.

Existen innumerables formas de convertirse en un hombre lobo sin la necesidad de hacer un pacto con el diablo. En Italia se cree que cualquier persona que haya nacido durante la luna llena o que durmiera a la intemperie durante un viernes de luna llena, eran propensos a convertirse en hombres lobo. En la península de los Balcanes -lugar donde se encuentra la famosa Transilvania- crece una flor que según las creencias populares, al comerse produce la licantropía. Beber agua que se encuentre dentro de las huellas de un lobo verdadero o de un estanque donde haya bebido una manada de lobos o comerse un cerebro de un lobo verdadero son algunas formas -según las creencias populares todavía vigentes en Europa- de convertirse en un hombre lobo. Por accidente o por voluntad propia.

Los malvados y criminales al morir - según Paracelso, mago del siglo XVI-, adquirían la forma de un lobo al morir, o podían adquiriría al ser maldecidos por un sacerdote, permaneciendo en tal estado por siete años.

También existen muchos remedios populares para curar a hombre lobo de su mal o al menos alejarlo. En Inglaterra se cree que el centeno, la ceniza, el muérdago y los arboles de abeto son una buena protección. Otros dicen que el agua es efectiva también, esto puede tener su base en la relación licantropia-hidrofobia, pues un lobo real rabioso rehuye al agua corriente.

Según el escritor francés Claude Seignolle, este folclore esta basado básicamente en historias de sacerdotes que maldecían a los criminales, y estos por la maldición se transforman en hombres lobo. Otros escritores aseguran que estas leyendas son basadas en casos de posesión demoníaca.
Todos estos casos de folclore están tan arraigados dentro de nuestra civilización que es difícil decir donde esta el limite entre realidad y fantasía.